Intervención en la mesa redonda "La mujer emprendedora en el sector turístico", celebrada con motivo de la 1ª Jornada "TURISMO A PIE DE CALLE", organizada por un grupo de emprendedores turísticos, en colaboración con la Escuela Universitaria de Turismo de Asturias (Oviedo).
Son múltiples los ejemplos de estas guisanderas...todos conocemos alguna y hemos disfrutado de sus platos; en mi caso, tengo el ejemplo inmediato en mi abuela paterna, que regresó de la emigración a Alemania con mi abuelo, y junto a sus hijos, montó un bar restaurante en el que ella se ocupaba de la cocina; era “cocina casera para los clientes”, que necesita tres ingredientes básicos: productos 100% naturales, cocción en cocina de carbón, y sobre todo, mucho tiempo. Esas mujeres, que fueron nuestras bisabuelas, abuelas y madres, pusieron la base para que hoy podamos hablar con propiedad de esa cocina asturiana tan natural y auténtica, que constituye, junto a la naturaleza, el gran recurso de nuestro producto turístico. Un recurso que es casi imposible de recuperar al 100% a nivel de hostelería, debido a los cambios del mercado, las imposiciones de sanidad, etc.
MESA
REDONDA: LA MUJER EMPRENDEDORA EN EL SECTOR TURÍSTICO
Buenos
días a todos; muchas gracias por invitarme a participar en este
evento, organizado por la Escuela en colaboración de un grupo de
alumnos y profesionales del turismo; seguro se va a desarrollar con
gran éxito y, además, constituye un buen ejemplo de cómo se pueden
hacer muchas cosas son disponer de dinero, pero sí de ideas y
capacidad de trabajo.
Cuando
me invitaron a participar en esta mesa redonda, estuve varios días
pensando sobre qué podía hablar, pues realmente, mi ejemplo no es
para nada interesante o llamativo; tuve la suerte de que durante esos
días, llegó a mi casa un libro editado por el BBVA sobre antiguos
exploradores que, incluyendo en su nómina la figura de una mujer, me
dio la idea que necesitaba: iba a dedicar mis minutos a recordar
la figura de algunas mujeres que fueron importantes para este sector,
de forma directa e indirecta, y cuyo ejemplo se puede convertir ahora
en una referencia importante.
La
exploradora a la que antes aludía era Freya Stark. Evidentemente,
no trabajó el sector turístico tal y como lo podemos entender hoy,
pero teniendo en cuenta que esta industria abarca no sólo la
creación y producción de servicios que ofrecemos al visitante, sino
también, todos aquellos que nosotros necesitamos para conocer otros
países y culturas, está claro que para que el sector turístico
exista en la actualidad, es indispensable que en el pasado otras
culturas se hayan abierto a la nuestra.
El
explorador era una persona inquieta, valiente, independiente y
arriesgada.... y por diversas razones que ahora sería muy largo
enumerar, la mayoría de ellos fueron hombres; sin embargo, existen
ejemplos muy interesantes, como el de esta exploradora y escritora
británica, nacida en París en 1893, y fallecida 100 años después
en Asorno (Italia).
Su
padre, Robert, era un pintor británico y su madre, Flora, era
italiana de ascendencia germano-polaca. Con nueve años leyó “Las
mil y un noches”, momento a partir del cual, quedó fascinada por
Oriente. Su afición e interés por el estudio le llevó a aprender
árabe y persa, que junto a los estudios de Historia y en la Escuela
de Estudios Orientales y Africanos,que desarrolló en Londres en sus
años de juventud, le ayudaron a convertirse en una experta en estas
culturas.
A
su condición de estudiosa y erudita, unió su carácter solidario (
trabajó con la Cruz Roja de Italia) y aventurero: en 1927, embarcó
rumbo al exótico Beirut junto con una amiga; viajó por Oriente
Medio, buscó y encontró el valle de la secta de los Asesinos y la
fortaleza de Alamut (en el actual Irán).
En la II Guerra
Mundial trabajó para el Ministerio de Información británico,
desarrollando una labor que le valió para recibir, en 1953, la Cruz
del Imperio Británico, siendo nombrada Dama en 1972.
Era, como se dice en
el libro que tengo en mi casa “una mujer que poseía una
delicada salud de hierro”. Fue
víctima de un terrible accidente con 13 años y, a lo largo de su
vida, sufrió fuertes infecciones como consecuencia del suceso.
Estaba, además, enferma de úlcera gástrica y sufría frecuentes
recaídas de sus dolencias estomacales. Sin embargo, aprovechaba sus
episodios de salud para viajar y, los que la obligaban a estar en
cama, para escribir.
Ganó
varios premios literiarios y, a los 81 años, atravesó y escaló
algunos pasos del Hinmalaya.
El segundo ejemplo de mujeres emprendedoras en el sector turístico es más cercano en el tiempo y en el espacio; quise dedicar este segundo apartado, a todas aquellas mujeres que dedicaron su vida a la cocina entre fogones, preparando la comida que se ofrecía en aquellos restaurantes pequeños, para cada día, que ofrecían al comensal unos deliciosos menús del día que se cocinaban al estilo casero. Por tanto, enlazo este ejemplo con la hostelería, sector hermano del turístico.
El segundo ejemplo de mujeres emprendedoras en el sector turístico es más cercano en el tiempo y en el espacio; quise dedicar este segundo apartado, a todas aquellas mujeres que dedicaron su vida a la cocina entre fogones, preparando la comida que se ofrecía en aquellos restaurantes pequeños, para cada día, que ofrecían al comensal unos deliciosos menús del día que se cocinaban al estilo casero. Por tanto, enlazo este ejemplo con la hostelería, sector hermano del turístico.
Son múltiples los ejemplos de estas guisanderas...todos conocemos alguna y hemos disfrutado de sus platos; en mi caso, tengo el ejemplo inmediato en mi abuela paterna, que regresó de la emigración a Alemania con mi abuelo, y junto a sus hijos, montó un bar restaurante en el que ella se ocupaba de la cocina; era “cocina casera para los clientes”, que necesita tres ingredientes básicos: productos 100% naturales, cocción en cocina de carbón, y sobre todo, mucho tiempo. Esas mujeres, que fueron nuestras bisabuelas, abuelas y madres, pusieron la base para que hoy podamos hablar con propiedad de esa cocina asturiana tan natural y auténtica, que constituye, junto a la naturaleza, el gran recurso de nuestro producto turístico. Un recurso que es casi imposible de recuperar al 100% a nivel de hostelería, debido a los cambios del mercado, las imposiciones de sanidad, etc.
El
tercer ejemplo es casi inmediato en el tiempo...
Hace seis años aproximadamente, conocí en una jornada organizada
por la Escuela de Emprendedoras de Valnalón, a una de las dos socias
fundadoras de “Rusticae”,
un club de calidad de
hoteles con carácter, que hoy aglutina a más de 200
establecimientos. En ese momento, me llamó poderosamente la
atención esta empresa, con un nombre tan latino y una imagen tan
moderna.
Rusticae
fue creado por dos socias, Isabel Llorens y Carlota Mateos; lo que
empezó como un club de calidad, se convirtió en una red que ayuda a
comercializar y a posicionar la imagen de pequeños hotelitos con
carácter; un club que les asesora para mantener unos parámetros de
calidad y les presta un apoyo en la explotación de sus
reservas, asesoramiento y formación. Empezaron con una inversión de
6000 euros, seleccionando hoteles pequeños y tranquilos, con una
decoración muy cuidada, un servicio profesional a la vez que atento,
y en un enclave privilegiado en plena naturaleza y con una gestión
familiar.
Hoy
en día cuentan con más de 230 hoteles afiliados entre España,
Portugal, Marruecos, Argentina y Chile; llevan a cabo proyectos de
diversificación con más servicios para los profesionales del
sector y en su web (rusticae.es) con reservas on line, ofrecen una
boutique de productos asociados a nuestra imagen de exclusividad.
Carlota Mateos, en una entrevista concedida a “Infonomía”,
destaca que las claves para una
iniciativa emprendedora como la de Rustica son:
“Tener una buena
idea es básico, pero hace falta una rigurosa planificación previa
como el estudio de viabilidad o el desarrollo comercial. Luego, los
cambios son constantes y hay que saber adaptarse. La otra gran clave
es crear un equipo y gestionar su talento, darles confianza para que
sean capaces de asumir responsabilidades y tomar decisiones. ¡Ah! Y,
por supuesto, que te apasione lo que haces porque, sobre todo al
principio, va a absorber todo tu tiempo”
Hemos realizado un
recorrido muy somero por tres ejemplos, en el tiempo, de mujeres
emprendedoras en el sector turístico; más que utilizar sus ejemplos
como referente, creo que es interesante que recordemos cómo cada
época tiene sus productos, sus características. La nuestra es
difícil, pero no más que las anteriores, por lo que está en nuestra mano, innovar y ofrecer algo interesante.
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