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Fuente: Casa Real |
¿EN QUÉ CONSISTIÓ EL ACTO?
La princesa de Asturias juró la Constitución al cumplir
la mayoría de edad, el 31 de octubre de 2023.
Se
celebró en sesión solemne y conjunta de las Cortes Generales, con un único
punto en el orden del día y ceremonial propio de la ocasión, idéntico al
empleado para la jura del príncipe Felipe, en 1986. Desde el punto de vista
protocolario, fue un acto de naturaleza oficial y jurídica y de carácter
extraordinario.
Es
difícil celebrar un ceremonial solemne en el siglo XXI y este ha tenido lugar
en el Congreso de los Diputados. La anfitriona ha sido la presidenta del
Congreso, Francina Armengol, y los invitados, los diputados y senadores además
de representantes de determinados ámbitos de las instituciones y de la
sociedad.
¿QUÉ
ME GUSTÓ DEL ACTO?
Pudimos
ver el recorrido de la comitiva real por las calles de Madrid en dirección al
palacio de las Cortes. La Familia Real se repartió en dos Rolls Royce
históricos. Fue precioso el último tramo cuando, escoltados por la unidad de
caballería de la Guardia Real, sonó el pasodoble “Por la calle de Alcalá”. Otra
escena destacada fue cuando, a la llegada al Congreso de los Diputados, el rey
pasó revista al Batallón de Honores, vestido de chaqué y con paso militar.
Fuente: Casa Real |
Hubo
muchos detalles que me encantaron: el gesto del rey durante el acto mostrando firmeza
y a la vez, cariño y orgullo por su hija; la combinación entre tradición y
modernidad; la frescura e inocencia de una adolescente que se convierte en
adulta; el cariño que se percibe entre las dos hermanas.
Fuente: El País |
Fue
emocionante ver a Miquel Roca y Herrero de Miñón, los dos únicos “padres de la
Constitución” que están vivos, testigos directos de la transición democrática,
representantes de una clase política y de un estilo de hacer política, ya
olvidadas.
Fue
estimulante ver tanta variedad de colores y estilos en el hemiciclo. Los
atuendos no pasarán a la historia por la elegancia, pero son el reflejo de la
España de hoy, que es la que quisieron que estuviera representada.
También
me encantó contemplar los estandartes, alfombras y tapices que decoraban el
estrado, que contribuyeron a generar un ambiente ceremonioso, pero a la vez,
alegre.
Sobre todo, me gustó el calor: se notaba el calor, la frescura de los ciudadanos que aplaudieron al paso de la comitiva. ¡Viva el rey! ¡Viva la princesa de Asturias! Me parecieron gestos muy castizos que aportaron el toque popular que necesitaba el acto, en su vertiente de calle.
Fuente: Casa Real |
Y… ¿HUBO ALGO QUE NO ME GUSTÓ?
Pues sí, hubo muchos
detalles que no me gustaron, y casi todos están relacionados con la imagen y
comunicación no verbal de la presidenta del Congreso, Francina Armengol.
También de algunos de los invitados.
Considero
que la señora Armengol estaba incorrectamente calzada y portaba unos
complementos poco adecuados. Por ejemplo: las francesitas de planta baja y
efecto plateado eran totalmente inapropiadas; el anillo de grandes dimensiones
en su mano derecha atraía demasiado la atención, el cabello mal peinado.
Sus
gestos y comunicación no verbal fueron poco apropiados: cuando recibe a la
princesa, sujeta su mano con las suyas; en un momento ceremonioso como es la
entrada por la Puerta de los Leones, toca la espalda del presidente Pedro
Sánchez, habla y gesticula en todo momento. Estira el vestido cuando se sienta.
Al inicio de la ceremonia, cuando apenas ha hablado, bebe agua y rompe el
efecto solemne. Clausura el acto con una frase demasiado coloquial: “Alteza,
enhorabuena y felicidades por su mayoría de edad, se levanta la sesión”. Tras
la jura, cuando abandonan el estrado, pasa su mano por la espalda de la
princesa.
EJEM…
¿PODEMOS HABLAR DE FALLOS?
No
me refiero a “fallos de protocolo” sino a “fallos en el ceremonial” o gestos,
posturas y escenas que se podrían haber celebrado de otra forma. Por ejemplo:
En
la llegada al Congreso de los Diputados, una vez salen del coche, la princesa
está al principio rezagada, incluso se mantiene un poco por detrás de su
hermana. Entendemos que estaría nerviosa.
Cuando
la Familia Real posa con los presidentes del Congreso y el Senado, a la entrada
del Congreso, se aprecian las pegatinas con los nombres sobre la alfombra roja.
En el momento de la entrada al hemiciclo, el macero que antecede al rey, sufre un pequeño traspiés y provoca un ligero temblor al mazo.
Cuando
la presidenta entona los “Vivas a la Constitución, a España y al Rey” no espera
el tiempo adecuado entre sus vivas y los de la sala, y se pierde solemnidad y
empaque.
Fue
muy poco correcta y elegante la entrega de las medallas del Congreso y del
Senado. Son actos en los que los movimientos deben ser medidos y controlados, realizados
sin prisa.
Fuente: Casa Real |
En
el Salón de Ministros, durante la firma del rey en el Libro de Honor del
Congreso, resulta un poco forzada la incorporación en su alrededor del
presidente del gobierno y otras autoridades. Comienza en solitario, le
acompañan mientras titubean acerca de su posición, después se aprecia como un
técnico de protocolo les indica que se desplacen a otra posición. No queda
clara cuál es la posición que tienen prevista.
Cuando
es el turno de la reina, el propio rey indica al jefe de protocolo que los
demás se deben agrupar a su alrededor.
El
macero situado a la derecha del rey durante el momento de la firma en el Libro
de Honor, debería adelantarse un poco hacia adelante, para evitar tocar la
bandera.
La
reina Letizia abandona el grupo de forma un poco brusca, cuando termina el
episodio de las firmas. Después regresa para comprobar lo que están comentando.
El
personal de protocolo (algunas, con indumentaria muy poco adecuada) pulula de
forma constante, se les ve de forma continua.
EN
CUANTO A LA INDUMENTARIA
Fuente: El País |
Muy apropiada y bien elegida la indumentaria y
complementos de la reina, la princesa y la infanta. Muy importante: el color
blanco del traje de Leonor no se escoge porque simbolice pureza, sino por otros
dos motivos: contribuye a que destaque la insignia del Toisón de Oro y, sobre
todo, junto al corte del traje, asegura un buen paso del tiempo. Además, el
color blanco es símbolo de poder y magnificencia en la corte castellana.
Mal
vestidas las ministras Yolanda Díaz y Pilar Llop, de color negro; Margarita
Robles, cuya chaqueta recordaba a una cazadora; María Jesús Montero, con bolso
y zapatos poco adecuados. El vestido de la ministra Isabel Rodríguez García era
inapropiado, demasiado informal y poco favorecedor.
ME
HAN PARECIDO RIDÍCULAS…
Algunas
genuflexiones (entre ellas, la de Esperanza Aguirre), que se vieron en el
besamanos. Considero que estaban de más en un acto como este.
SOBRE
TODO, ME HA DECEPCIONADO
La
ausencia de los ministros Montero, Belarra y Garzón, pues es una falta de
cortesía y educación a la institución de la Corona, a las Cortes Generales y al
pueblo español.
PERO,
EN POCAS PALABRAS
Ha
sido un acto emotivo, sencillo y emocionante, que nos ha permitido conocer
mejor a Leonor, princesa de Asturias.
Dedicado a Saul Fernández Menéndez, mi alumno de "Gestión de Fuentes Documentales".
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