PREMIOS PRINCESA DE ASTURIAS, un 25 de octubre de 2024

 

¡Vamos a más!

Foto: David Cabo (fuente: diario La Nueva España)

Este año pude disfrutar de los Premios… desde el salón de mi casa. Sabía que iba a ser una experiencia placentera y enriquecedora. No pude evitar, sin embargo, hacer un análisis de los diferentes elementos que confluyen en el acto.

ESPACIOS

La ceremonia se desarrolla en el Campoamor, pero se inicia en el hotel de la Reconquista, de donde salen los premiados y la familia real -además de las autoridades y otros invitados-. Tras las obras de reforma finalizadas hace poco tiempo, luce una imagen más sobria, con predominio de los tonos lisos y oscuros. Impone el aspecto del edificio, sobre todo, el escudo que reproduce el original, de estilo barroco. 

He apreciado un aire más teatral en la escenografía de la ceremonia, con protagonismo de los tonos azulados, roto por los colores de las banderas.

LA IMAGEN PERSONAL

Me ha gustado el momento de la llegada de los representantes de Magnum: fresca, alegre, dinámica, muy corporativa. ¿Veremos las fotos que hicieron mientras entraban?

De los hombres poco puedo comentar, sí de las mujeres. Como todos los años, tenía cierta intriga por ver la imagen de la reina. ¡Esplendorosa Letizia! Precioso el vestido negro e ideal la combinación con esos zapatos de medio tacón, más cómodos que aquellos tan altos a los que nos tenía acostumbrados. En cuanto a la princesa de Asturias, ya va tomando esencia de mujer en el porte, la indumentaria y la mirada. La reina Sofía, elegante y sobria. Vimos planos cortos de Candela, la esposa de Serrat y de Ana Belén, ambas vestidas de negro.

CEREMONIA

Se ha perdido un poco de solemnidad en la entrada de los premiados en el teatro. Convendría aumentar un poco más las distancias para generar un espacio más ordenado -si es que sigue interesando transmitir la atmósfera solemne-. Cuesta creer que después de tantas ediciones, se siga produciendo algún titubeo acerca de la posición para la foto. Las banderas conservan su posición y papel protagonista en la imagen del escenario.

El tiro de cámara ha evitado incluir la presencia de Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias y vicepresidente de honor de la Fundación. Tampoco se le nombra -salvo en algún saluda-convirtiéndose prácticamente en una figura impuesta por el protocolo, sin ningún papel activo, más allá de su compañía en la mesa.

El predominio de tonos fríos no implica, para nada, la pérdida de temperatura. El acto respira emociones positivas, esperanza y confianza en los sabios que reciben sus galardones.  

El programa de la ceremonia mantiene su estructura tradicional:  llegada y entrada de los galardonados y de la familia real, discurso de la presidenta de la Fundación, discursos de galardonados (Ana Blandiana y Michael Ignatieff), episodio de la entrega de premios, discursos de Marjane Satrapí y Serrat, y actuación de este, discursos de la princesa y el rey, fin de la ceremonia, himno. 

DISCURSOS

Los discursos tienen una duración de 3-4 minutos y por lo general, son pequeñas joyas de comunicación. Los contenidos que más nos han llamado la atención son los siguientes:

Ana Blandiana habló de Platón y la poesía. ¿Puede la poesía salvar al mundo? En sus libros cuenta el dolor de los prisioneros en las cárceles rumanas durante la dictadura comunista, y como fueron capaces de convertir la poesía en un arma contra la tortura, identificar la poesía como un arma de libertad.

Michael Ignatieff utilizó la parábola del erizo ¿Nos identificamos con la tenacidad del erizo o con la astucia del zorro? Él se define como un zorro que siempre deseó ser un erizo y confiesa que el premio más importante en la vida es no ser libre, sino merecerlo.

Marjane Satrapi habló de ética, civismo, compasión y bondad. También definió quién no merece llamarse humano: aquel indiferente al dolor de la humanidad. Fue un discurso de tono pesimista.

Y Joan Manuel Serrat habló desde el corazón, de diálogo, libertad, justicia y democracia. Siente desazón ante el tiempo que le toca vivir, al que considera insolidario y hostil.

El discurso de la princesa de Asturias fue el último de la primera etapa: a partir de la próxima edición, se encargará de glosar las figuras de los galardonados. Sus palabras fueron, como es lógico, un canto a lo bello de la vida, puesto que los galardones contagian los sentimientos positivos y son, según sus palabras “un billete para el tren de la esperanza”.

En cuanto al discurso del rey, fue muy sentido y personal. Aludió a esas “Vivencias asturianas” de las que disfrutan cada año, que forman parte de la pequeña gran historia de la Fundación. Puso en evidencia la importancia del respeto a la dignidad de todo ser humano, la importancia de evitar aquellos que no se comprometen a la búsqueda del bien común.

Y tras los discursos, el himno de Asturias ejecutado por la banda de gaitas, la salida de los galardonados y corrillos finales. Todos los años se repiten y cada año repiten los mismos movimientos.

Para terminar…

¿Qué me ha gustado menos? Me dio la impresión de que doña Sofía estaba un poco “de más”, incluso se la veía bastante despistada y un poco insegura.

¿Qué me ha gustado? La atmósfera entrañable y cariñosa que se respira en las calles y en el interior del teatro.

Sobre todo, da gusto ver las calles, percibir la entrega de los asturianos, que sienten la fiesta como propia. Que así siga siendo muchos años y que la Fundación nos siga deleitando con esta ceremonia maravillosa. ¡Gracias!

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