EMBAJADORES, VIAJES Y LIBROS: lecturas en una tarde fría de enero

     "Los embajadores" de Hans Holbein el Joven (1533)



     Esta semana hemos visto en los medios la noticia del acto de recepción del Cuerpo  Diplomático, presidido por SS.MM los Reyes en el Palacio Real de Madrid. En  la página web de la Casa Real podemos leer una información muy completa  sobre el evento: partes del acto (Saleta de Gasparini y Salón del Trono), participantes (reyes, presidente del Gobierno, ministro de Asuntos Exteriores, embajadores y otras autoridades) e incluso el discurso íntegro del rey, marcado por un importante cariz político. La noticia nos ha animado a repasar una cuestión apasionante, como es la historia de la diplomacia. 

    La de embajador es una profesión que exige una gran preparación y una personalidad equilibrada y segura. Legados del rey los hubo desde los tiempos históricos, pero fue en la baja Edad Media, cuando se formaron los reinos históricos en Europa, y estos comenzaron a establecer  relaciones políticas entre ellos y con otros situados en Asia, de forma más estable. El siglo XV fue en ese sentido determinante, y así nos lo hacen saber autores especialistas en esta materia.

    Una obra de referencia es la Historia de la Diplomacia Española, de Miguel Ángel Ochoa Brun (Ministerio de Asuntos Exteriores, 1991), dividida en tres partes dedicadas a “Los orígenes y la Edad Media”, “La Edad Media” y “La Edad Contemporánea”. Se trata del trabajo más completo y profundo que se hizo en España sobre esta materia, en la que el autor es un absoluto especialista por su condición de doctor en Historia y embajador de carrera. Desgrana los acontecimientos diplomáticos a través de los sucesivos reinados: contexto histórico, protagonistas, desarrollo de los acontecimientos, nombre y circunstancias de los elegidos como embajadores, etc.

    Es muy curioso el relato del proyecto de Enrique III de Castilla orientado a enviar en 1401 una embajada a Tamerlán, líder del Imperio timúrida, en la que los legados siguieron los pasos de Marco Polo. Se conocen los nombres de los enviados (Payo Gómez de Sotomayor y Hernán Sánchez de Palazuelos) y sus aventuras de ida y vuelta, que incluyeron una estancia en la corte de Bayaceto I, rey de Turquía, temido por los cristianos y, además, encarnizado enemigo de Tamerlán (vol. I pp. 230 y siguientes).

    Otro título fundamental es Corona y diplomacia. La monarquía española en la historia de las relaciones internacionales (Biblioteca Diplomática Española, 1988). La obra recoge seis conferencias ofrecidas entre el 23 de noviembre y el 2 de diciembre de 1987, en el marco del curso “La Monarquía y la Diplomacia española” celebrado en la Escuela Diplomática de Madrid:

    Ochoa Brun, Miguel Ángel: “La monarquía del Renacimiento y la Diplomacia Española” (pp. 19-54).

    Fernández Álvarez, Manuel: “La monarquía católica y la política europea: la política exterior de los Austrias Mayores” (pp. 55-84).

    Hernández y Sánchez, Mario: “La monarquía indiana” (pp. 85-100).

    Jover Zamora, José María: “La diplomacia de la Ilustración” (pp. 101-134).

    Salom Costa, Julio: “La Restauración y la política exterior de España” (pp. 135-182).

    Seco Serrano, Carlos: “Alfonso XIII y la diplomacia española de su tiempo”, (pp. 183-211).

    De entre todas las conferencias, destaco especialmente la de Manuel Fernández Álvarez, Académico de la Historia, quien realiza una comparativa entre la política exterior de Carlos I y de su hijo, Felipe II. También los compara en el aspecto diplomático, considerando la acción más expeditiva y directa en el caso del primero, más discreta en el caso del segundo, quien delegaba en embajadores y en sus familiares más directos los encuentros en la cumbre con los soberanos de su tiempo.

    Este repaso termina con una crónica deliciosa: el Viaje por España (1524-1526) de Andrés Navagero, en la edición de Turner. Navagero (1483-1529) fue un hombre del Renacimiento, bibliotecario y cronista de la República de Venecia, también embajador, a quien la República encargó una misión ante la corte de Carlos V, para que el emperador español liberara al rey francés Francisco I. ¡Ardua misión!, pero conseguida. La historia de su viaje es apasionante y está narrada en este pequeño libro, que comienza con su llegada al puerto de Barcelona, el viaje a la corte de Toledo y su desplazamiento a Andalucía, siguiendo a la corte y presenciando las celebraciones de la boda de Carlos con Isabel de Portugal.

    La narración en primera persona contiene muchos detalles del viaje pero la crónica es, sobre todo, un relato sobre cómo veía Navagero la tierra hispánica. De entre los innumerables ejemplos seleccionamos la descripción de los moriscos de Granada, pocos años después de la expulsión de Boabdil: “Aunque no hay en Granada tanta gente como cuando era de los moros, es todavía muy populosa y no hay en España quizá tierra más frecuentada. Los moriscos hablan su antigua y nativa lengua y son muy pocos los que quieren aprender el castellano; son cristianos medio por fuerza y están poco instruidos en las cosas de la fe, pues se pone en esto tan poca diligencia, porque es más provechoso a los clérigos que estén así y no de otra manera; por esto, en secreto, o son tan moros como antes, o no tienen ninguna fe; son además muy enemigos de los españoles, de los cuales no son en verdad muy bien tratados” (pp. 57-58).

   Fue una tarde de invierno muy aprovechada, sin duda. 

Te puede interesar: 

Recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España https://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_actividades_detalle.aspx?data=15604

Lobeto Álvarez, A. M. (2022). La ceremonia de entrega de cartas credenciales en España y otros ejemplos en algunos países del espacio panibérico. REVISTA ESTUDIOS INSTITUCIONALES9(17), 25–59. https://revistas.uned.es/index.php/EEII/article/view/36141


    

 

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