EL GRAN DUCADO DE LUXEMBURGO

Esta semana se ha casado Felix, uno de los hijos de los Grandes Duques de Luxemburgo.
El evento nos sirve de disculpa para comentar, en líneas generales, algunas cuestiones protocolarias referidas al Gran Ducado, cuya simple mención, ya resulta peculiar. Luxemburgo es un pequeño estado de Europa occidental (tan sólo tiene 2.586 km cuadrados), que fue convertido en ducado por los emperadores germánicos en el siglo XIV. Su historia está muy ligada a la española, pues al ser incorporado en 1441 al estado borgoñón, permaneció bajo administración española hasta 1714, cuando fue cedido a la línea austríaca de la dinastía de Luxemburgo. En el siglo XIX, por fín, logró la independencia.
El jefe de estado de este pequeño, pero rico y desarrollado país, es el Gran Duque. La forma política que lo rige es una monarquía constitucional, en la que (a diferencia, por ejemplo, de la española) el poder ejecutivo recae sobre el Gran Duque y un gabinete formado por varios ministros (a su vez, dirigidos por un Primer Ministro).
El Gran Duque es, como antes señalamos, el jefe del estado de Luxemburgo. Tiene tratamiento de “Alteza Real” y no de Majestad, pues a pesar de ser soberano, lo es de un gran ducado. Sin embargo, es también “Príncipe de Nassau y “Borbón-Parma”, por lo que a la hora de mencionarlo, se señala primero su condición de Gran Duque a la de Príncipe. El actual Gran Duque es Enrique de Luxemburgo, casado con María Teresa, de ascendencia española a través de sus orígenes cubanos.
!Por cierto!, Enrique sucedió a su padre, Juan, en la jefatura del Estado, en el año 2000... y no a causa del fallecimiento de éste (que nació en 1921 y aún sigue vivo), sino por su abdicación. No olvidemos que ésta es una práctica más habitual en las monarquías centroeuropeas que en la española.
Los símbolos oficiales (escudo, bandera e himno), fueron regulados por un “memorial” publicado en 1993. El escudo tiene tres versiones (armas pequeñas, medianas y grandes), que tienen como elemento esencial, un único campo burelado de plata y azur de diez unidades, un león de gules, armado, lampasado y coronado de oro y de cola horquillada. Además, aparece timbrado con una corona de Gran Duque (es como una corona real, pero sin forrar).
La bandera es muy parecida a la de los Países Bajos; se compone de tres franjas horizontales del mismo tamaño, de color rojo, blanco y celeste. Estos colores comenzaron a ser utilizados entre 1845 y 1848, probablemente porque son los mismos que aparecen en las armas de los duques.
En cuanto al himno, a diferencia del nuestro, tiene título: “Nuestra Patria”. La letra fue escrita en 1859 y la música, compuesta en 1864. Al ser tres los principales idiomas del Gran Ducado, existen tres versiones del himno, en luxemburgués, francés y alemán. En la página web de la embajada de Luxemburgo en Madrid madrid.mae.lu/‎, tenemos una interesante información sobre la cultura, economía, política... de este pequeño estado. Una última curiosidad, relacionada con el protocolo y la etiqueta. La Gran Duquesa María Teresa, es una de las pocas soberanas reinantes que luce vestimenta y mantilla, de color blanco, ante Su Santidad el Papa. ¿Por ser soberana católica? Su suegra, Josefina Carlota, también la lucía en ceremonias solemnes, como la investidura del papa Juan Pablo II. Pero ésa es otra historia...
http://www.hola.com/realeza/casa_luxemburgo/2013092167117/boda-religiosa-felix-luxemburgo-claire-lademacher/

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