EL "TRIBUTO PARA MANTILLAS", UN PRIVILEGIO DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS EN EL MARCO DE LOS NACIMIENTOS REALES

 


    Es este un tema al que tengo especial cariño. Oí hablar del "tributo de mantillas" cuando estudiaba el curso de "Experto en Protocolo y Ceremonial, Heráldica y Vexilología" en la Universidad de Oviedo. Investigando para mi tesis, comprobé que era una cuestión que se mencionaba en los documentos y, aunque no pude profundizar en su estudio, sí le dediqué un pequeño apartado.

    El pasado miércoles 21 de septiembre, la doctora Dolores del Mar Sánchez Redondo me dio la oportunidad de exponer una comunicación sobre esta cuestión en el VII Congreso de Protocolo y Ceremonial que organiza la Facultad de Derecho de la UNED. Aunque el tema "aún está en pañales", estoy en condiciones de explicar algo, por ejemplo: consistía en la entrega de un tributo cuando el que nacía era varón y estaba llamado a ser el heredero, que se constata desde 1707, primeros años del reinado de Felipe V. El servicio consistía en el pago de una cantidad de dinero que se obtenía de los fondos propios de la provincia y que, en algunos casos, era convertida en dotes para doncellas casaderas. 

    La referencia que tenía para este tributo fue un acto celebrado en 1977 en Covadonga, en el que se hizo entrega a don Felipe, príncipe de Asturias, de los atributos propios de su título: la cruz de la Victoria, la venera, el diploma y un simbólico "tributo de mantillas". 



    Las tres primeras están claras pero, ¿la cuarta? No es este el lugar para entrar en los detalles de la investigación, pero sí para poner en evidencia el interés de la Corona por utilizar elementos históricos que vinculen figuras actuales con el pasado. Ese "tributo simbólico de mantillas" que se entregó al príncipe Felipe en 1977, relacionaba la figura del príncipe heredero con una tradición histórica de raíces medievales: una estrategia inteligente que ayudaba a relacionar una dinastía recientemente instaurada con la historia  de los reinos cristianos peninsulares. 

    Me encantaría poder hablar largo y tendido con los ideólogos de esta campaña magistral, pero, como no puedo, me conformaré con seguir investigando.

 


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